lunes, 24 de mayo de 2010

Entrevista con Alberto Martínez. El Comercio. Lunes 24 de Mayo de 2010

«En 2009 estábamos preparados para la crisis, pero 2010 va a ser peor»
24.05.10 - 02:21 - CHELO TUYA | GIJÓN. Imprimir




«Hay incertidumbre en el consumo y no sé cómo van a afectar en la planificación de las vacaciones los recortes anunciados por ZP»

Alberto Martínez Copropietario de la Cadena Hotelera Asturiana

«La construcción ha contaminado el mercado turístico. La crisis va a volver a reestructurar la oferta distorsionada»
«El turismo no se va a vender por destinos, sino por productos. Nosotros ofrecemos plantas para mujeres. Y para jóvenes».

Su abuela paterna inició una estirpe, la de los dueños de Cadena Hotelera Asturiana, los propietarios de hoteles tan emblemáticos como el Príncipe de Asturias, en Gijón, o el Regente, en Oviedo. Una familia, la Martínez, que no sólo no se arredra ante las crisis, sino que se zambulle de lleno en nuevas aventuras empresariales cuando éstas llegan. Ella no tuvo ningún empaque en regresar de Cuba, donde un infarto la convirtió en viuda prematura, en plena Segunda Guerra Mundial, con sus dos pequeños hijos. El niño, que pasaría a la historia hotelera asturiana como Ángel, el del Hotel España, fundador de la Unión Hotelera del Principado, abrió su primer hotel, el ovetense Regente, en 1974, cuando la primera gran crisis estaba apunto de llegar. Dos años después, en plena transición, compra el gijonés Hotel Miami y lo convierte en el Príncipe de Asturias. Sus nietos, Javier y Alberto, harán lo mismo con el avilesino hotel Luzana en 2008, en el albor de la mayor quiebra económica conocida. Para Alberto Martínez (Oviedo, 1963), ex presidente de la entidad que fundó su padre, el riesgo es implícito al empresario.
-Tras presidir la Unión Hotelera en los años de mayor crecimiento del sector, dejó usted su cargo en 2008. ¿Vio venir la crisis y puso pies en polvorosa?
-(Risas) No, no. Es cierto que a mi me tocó una época muy interesante para el sector y que a mi, personalmente, me enriqueció muchísimo, ya que pude conocer la trastienda política y tener una visión global del turismo asturiano.
-Y, vista la caída del sector hotelero en 2009, ¿estaban preparados los hoteles asturianos para la crisis?
-A todo el país le pilló la crisis con el pie cambiado, pero, a toro pasado, creo que los hoteles asturianos estábamos preparados para la crisis. Mejor de lo que se pensaba. De hecho, todos seguimos adelante.
-Sé que no es adivino, pero ¿a qué le huele 2010?
-Creo que va a ser peor. Más duro de lo que se pensaba, porque hay incertidumbre en el consumo. No sólo es que haya cuatro millones de parados, es que el que tiene empleo, tampoco se atreve a gastar demasiado, por temor a lo que venga.
-Los últimos recortes anunciados por Zapatero ¿serán la puntilla?
-Es pronto, aún no sé cómo van a afectar a la planificación de las vacaciones, pero está claro que la incertidumbre aumentará. Pero los empresarios tenemos que ser imaginativos y tomar decisiones a largo plazo, porque está claro que no vamos a estar siempre en este agujero. De aquí, saldremos.
-Sin darle pistas a la competencia, ¿qué salidas ve?
-Nosotros, por ejemplo, hemos realizado alianzas tecnológicas. Creamos nuestra central, Reservascentrociudad, en colaboración con hoteles como los nuestros: urbanos, céntricos y de cuatro estrellas. Porque, lo que está claro es que el turismo no se va a medir ya por destinos, sino por productos. El cliente es selectivo y tenemos que saber en qué somos competitivos y venderlo. No hacer inversiones millonarias que, luego, no sirven para nada.
Habitaciones para mujeres
-¿Piensa en Calatrava, Ciudad de la Cultura o Niemeyer?
-No pienso en nada concreto. Niemeyer, por citar uno de los proyectos, va a ser un revulsivo para Avilés y los empresarios tendremos que adaptarnos a la nueva imagen de innovación que transmitirá. Lo que digo es que tenemos que saber qué tenemos. Por ejemplo, en Oviedo el prerrománico es un tesoro, o la temporada de ópera. Pues vender habitación y entrada, o abaratar los precios cuando hay concierto... Imaginación. Ahora mismo, estamos con plantas temáticas.
-¿Dirigidas a quien?
-En el Regente tenemos, de siempre, una planta para ejecutivos, la séptima. Son casi suites, donde pueden tener un despacho y recibir clientes. Y desde hace diez años, una planta, la octava, con vistas al Naranco, destinada a mujeres. Las clientas que viajaban solas nos pedían cambios y creamos ésta, a la que ahora vamos a dar una vuelta de tuerca. También lo haremos en la segunda planta, que destinaremos a los jóvenes.
-¿Y la planta gay?
-No la creo necesaria. En los hoteles, las parejas homosexuales y las heterosexuales siempre han sido tratadas igual.
-¿Planta de mujer y no una gay?
-Las parejas del mismo sexo son iguales a las otras. Las mujeres quieren habitaciones con servicios menos masculinos. Por ejemplo, en los productos de acogida siempre había un set de afeitado, pero no uno de maquillaje o compresas.
-Y en el Luzana, ¿va a haber una habitación Brad Pitt?
-(Risas) No, la verdad es que no damos nombre a las habitaciones. Sería bueno tenerle como cliente, pero mejor que le siguieran muchos más.
-¿La especialización es la fórmula de las empresas familiares para no ser devoradas por las cadenas?
-Siempre he dicho que la construcción ha contaminado el mercado turístico y que tenemos sobreoferta. Pero, la crisis está reestructurándolo todo. Vemos que las cadenas tienen que unirse para seguir. Si aguantamos, las empresas familiares saldremos reforzadas.
-Dados sus antecedentes, si la familia Martínez inicia una operación ¿estamos ante nueva crisis?
-(Carcajadas) Dados los antecedentes -lo de mi abuela, que se volvió en plena guerra; abrir en el Regente en la primera crisis del petróleo- yo empezaría a planteármelo. Lo decía mi padre cuando compramos el Luzana, '¿cómo vamos a abrir un hotel en 2009 con la que está cayendo?'. Pero lo hicimos y, en nuestras humildes posibilidades, la familia Martínez seguirá invirtiendo en Asturias.

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